Pseudohaikus

Los haikus japoneses han de seguir tradicionalmente unas reglas para considerarse como tal. Estos no son haikus estrictos, sin embargo, son algunas reflexiones que he escrito, a mi estilo, inspirado en el misterio y la belleza de esta forma de poesía ancestral.

Pseudohaikus

Desprenden sus pétalos las flores,

rebosantes de felicidad.

La tierra se tilda de colorida abundancia

y el ciclo vuelve a comenzar

Soplan vientos amenazadores,

que desvisten los árboles

y sofocan la fragua de roja sangre,

que espera tiempos mejores.

Se desvanece la furia en blanca espuma,

cuando la roca se interpone.

Y se apacigua, derramándose solitaria y moribunda,

cuando ya es demasiado tarde.

La luz revela lo oculto

y a hurtadillas, las sombras,

revelan lo que a la luz escapa.

El águila controla los valles,

Espoleada por los vientos dominantes.

Pero el halcón juega con su cuerpo,

para dominar los vientos y batir el cielo.

De la montaña baja solitario un rumor sordo,

Ensordecedor cuando, de pronto, enfurece.

Aunque pronto es silenciado,

en la vastedad del océano.

El sol se adentra en el lago.

La montaña asoma en sus aguas.

El sabio contempla esto desde la orilla, sin precisar nada,

sabiendo que nunca se repetirá.

Una gota puede llenar un vaso o vaciarlo.

Una palabra puede resucitar o dar muerte.

El más insignificante de los hechos, cambia la historia.

El enemigo puede ser tu mayor aliado.

La mala hierba brota porque es necesaria.

Los carroñeros trabajan pulcramente.

El yin y el yan se necesitan mutuamente.

Se engrana el universo.

Rotan los planetas.

Se abre la tierra, fluye el agua dulce.

Pulsa la sangre, sopla el aire.

La vida continúa.

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